17 de julio de 2012

Las estrellas fugaces, ¿son estrellas?


Las estrellas fugaces, ¿son estrellas?
¿Qué son las estrellas fugaces?
Las «estrellas que se caen», son en realidad pequeños trozos de roca, algunos tan pequeños como granos de arena, que están diseminados por el espacio entre los planetas moviéndose a gran velocidad. Cuando esos granitos de polvo chocan contra la atmósfera terrestre, a unos 180.000 kilómetros por hora, el roce con el aire hace que se quemen emitiendo luz y provocando ese trazo luminoso característico que es tan hermoso ver pero que tan poco dura.
Hay épocas en el año en que el número de estrellas fugaces que podemos ver es mucho mayor, en algunos casos llega hasta unas cincuenta por hora. Esto se debe a que la Tierra se está moviendo en una región del espacio más densamente poblada por granos de polvo, produciéndose así una «lluvia de meteoritos». Esta mayor densidad de granos de polvo en una determinada región ha sido provocada por el paso o bien por la destrucción de algunos cometas.
¿Cómo observar estrellas fugaces?
Para observar estrellas fugaces lo más recomendable es usar una colchoneta o un saco de dormir y salir al campo. Desde una gran ciudad será difícil ver estrellas fugaces debido a la contaminación lumínica así que deberemos salir como mínimo a las afueras, a una zona poco iluminada y aprovechar la buena temperatura de las noches de agosto. No obstante no hay que confiarse y es recomendable llevar ropa de abrigo ya que por la noche en el campo la temperatura desciende bastante y es fácil cogerse un resfriado. Un termo con café nos ayudará a permanecer despiertos y un repelente de mosquitos evitará que nuestros amigos trompetistas acaben con una dosis concentrada de cafeína en su cuerpo. Lo mejor es tumbarse (también te puedes sentar pero acabarás con un buen dolor de cuello), y mirar hacia el radiante de la lluvia de estrellas. 

                                                  LLUVIA DE ESTRELLAS ORIONIDAS


¿De dónde viene esta creencia sobre las estrellas fugaces?

La fascinación de las estrellas fugaces.
Ver pasar una estrella fugaz, rápida y brillante nos sorprende. Su estela luminosa y  brillante hace pensar en algo mágico. Las estrellas fugaces atraen y fascinan a niños y mayores.
El famoso director de cine Steven Spielberg, siempre que puede incluye una escena de una estrella fugaz en sus películas.  Hay estrellas fugaces, en  la película Tiburón, en las películas de Indiana Jones en E.T, también en el  logo animado de su productora Dreamworks.

¿De dónde viene esta creencia sobre las estrellas fugaces?

La superstición sobre las estrellas fugaces se trasmite de padres a hijos sin saber él porqué. Las estrellas siempre han generado admiración, se pensaba en las estrellas entidades con poderes divinos. Su luz, su brillo y su situación en el cielo, hizo que muchas personas las consideraran como ángeles.

Siguiendo esta asociación al pensar las estrellas fugaces son como ángeles, pedir un deseo a una estrella, sería como hacer una oración, elevar ‘una súplica que se desea sea escuchada por una entidad que asociamos con el cielo, la luz, algo con un matiz divino.
Además las  estrellas fugaces no son tan fáciles de ver, como puedes observar distintas estrellas en el firmamento. La creencia o superstición asocia el concepto de raras o poco frecuentes de ver a signo de buena suerte.





16 de julio de 2012

La otra Luna de la Tierra.


La otra Luna de  la Tierra.
Dos lunas: astrónomos señalan que en todo momento la Tierra tiene al menos otro satélite natural en órbita, generalmente un pequeño asteroide.
A diferencia de otros planetas en el sistema solar, la Tierra parece tener un sistema satelital relativamente simple, con una sola luna, la cual hace, junto con el Sol, una arquetípica polaridad en torno a  nuestro planeta. Sin embargo, si somos sumamente rigurosos, la realidad es que la Tierra tiene en todos momentos al menos dos lunas.
En el 2006 el observatorio Catalina Sky Survey en Arizona descubrió un misterioso cuerpo orbitando nuestro planeta. Al principio se creía que era un cohete espacial, pero pronto se notó que este objeto, conocido como 2006 RH 120, era un pequeño asteroide de unos pocos metros de largo –un satélite natural como nuestra Luna. El objeto fue capturado en septiembre del 2006 y orbitó a la Tierra hasta el 2007, momento en el que se dispersó en el sistema solar en búsqueda de otro cuerpo celeste.
Según el astrónomo Mikael Granvik de la Universidad de Hawaii, existen otros ejemplos de lunas temporales. Su equipo ha modelado la forma en la que el sistema de la Tierra-Luna captura objetos para entender cuándo y cúanto tiempo debemos de esperar tener otras lunas en órbita.
“En todo momento debe de haber al menos otro satélite de la Tierra de un metro de diámetro orbitando la Tierra”, dice Granvik. Estos objetos permanecen en órbita unos diez meses y unas tres revoluciones. Esto significa que en este momento existe una pequeña luna de más de un metro de diámetro girando alrededor de nuestro planeta.
La NASA tiene interés en este tema ya que en repetidas ocasiones ha dicho que como parte de un plan de colonización espacial sería útil primero enviar a un ser humano a un asteroide cercano.
Aunque estos asteroides son muy pequeños y difíciles de captar, Granvik piensa que “el potencial científico de primero caracterizar un meteoroide y luego visitarlo y traerlo a la Tierra no tendría precedentes”. Vivir en una segunda luna, sería como habitar en una tabla de surf deslizándote por el espacio sideral por sobre el del mar de luz azul de la atmósfera terrestre, una poética e implausible hazaña.
imágenes: nasa
fuente: terrenorte.com

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